VERSIONES DE LOS VALLEKURROS(IV): DAVIN

Cuando les pedí a los Cretinos que se curraran unos chistes de los vallekurros para el album, el primero que me entregó su dibujo fue Davín, como no podía ser menos. Y es que Davín además de tener un humor de zapatillas de andar por casa y copa de pacharán, tiene una capacidad de trabajo que ya la quisiera para ellos todo el funcionariado del juzgado de Colmenar Viejo.
El tío dibuja por placer, y como buen edonista se permite esos lujos siempre que quiere, dejándonos a todos con un palmo de narices cuando al poco de abrir la convocatoria de material para el cretino de turno, el ya tiene todas sus páginas dibujadas y se permite la licencia de meternos prisa a los demás.
Si es cierto que sin el Komando Cretino el Cretino, valga la rimbombancia, no sería lo que es, me atrevo a aseverar que sin Davín el Cretino simplemente no sería.
Poseé una mente preclara que es capaz de separar el grano de la paja para dirigirse al él, al grano, cuando es preciso y a la vez vagabundea a su antojo por los universos cretinos que se generan en cada asamblea para de nuevo llevarnos a todos en pos del objetivo común, ponernos los pies en la tierra y centrarnos en el Cretino.
Se apunta a bombardeo y se desplaza allá donde sea necesario para que el Cretino llegue a donde es requerido. Sin pereza, sin remoloneos, sin problema.
Aún no me ha dicho cual es la droga que toma.

A Davín le conocí cuando editaba el Sunday Morning, fanzine que gozaba de buena prensa entre la crítica. Por aquel entonces el Azagra le plagió una historieta de cabo a rabo y de principio a fín, pero esto es algo de lo que a él no le gusta hablar, así que ruego a sus señorías que no lo tengan en cuenta en su veredicto final.
Al Cretino #14: especial IDIOTAS le ha dado un rebozado Sundaymorniano que ha convertido al número en uno de los más divertidos publicados hasta ahora. Y es que cuando se une la gracia a la capacidad de trabajo salen maravillas.

Cuando me dió la tira que veis aquí casi se me saltan las lágrimas de la emoción. Por un lado porque era la primera y me produjo una sensación extraña, a la vez que placentera, el ver a los vallekurros dibujados por la mano de otro. Y por otro lado porque era la primera vez que salían mis cuatro hijos juntos en un comic.

Hay una cosa que tengo que agradecer al Cretino y es el que me haya posibilitado tener amigos como Davín, y esto lo hago extensible al resto del Komando. Aquí no se libra ni Dios. Cabrones.