Hoy en día uno ya no sabe, a la hora de dibujar historietas, si ello no puede suponerte que te inviten o no a la audiencia nacional. De hecho, al quedar impreso en un soporte físico, que perdura en el tiempo, uno no sabe si ciertas ideas presuntamente delictivas (¿las ideas pueden ser delito?) prescriben con el tiempo o no.
Hubo una época en que uno no se planteaba si lo que iba a dibujar atentaba o no con la jurisprudencia estatal y revistas de comic, y sobre todo fanzines, abundaban en chistes dirigidos al rey (yo tengo un par de ellos que no se, no se), o aparecián sin temor resoluciones cómicas en forma de bombas, dinamitas, etc. Era una época en que lo políticamente incorrecto parecía correcto.
Pero hoy... ay, ay. Uno no sabe si alguna asociación de víctimas de algo le va a dar por ojear alguna historieta tuya y le da por ofenderse porque salen jóvenes fumando porros, reyes que parecen estúpidos o, como en el caso de esta historieta, una explosión (aunque pequeñita) dentro de un coche de policía.
Ésta es una de las primeras historietas que hice de los vallekurros. De hecho es la primera que hice de una página, y aún no tenía claro ni siquiera cómo iba a ser el pelo del trujas. Fue publicada en el último A LA CALLE y posteriormente en el álbum recopilatorio de los vallekurros. La historieta no da para mucho y personalmente creo que es bastante tonta, incluso inmadura. Lo que sí que tengo claro es que cuando la dibujé, hace ya diez años, no había en mi ninguno de los prejuicios que hoy en dia me plantearía si tuviese que volver a dibujarla. Y es que, señoras, vivimos tiempos difíciles para la libertad de expresión.
Hubo una época en que uno no se planteaba si lo que iba a dibujar atentaba o no con la jurisprudencia estatal y revistas de comic, y sobre todo fanzines, abundaban en chistes dirigidos al rey (yo tengo un par de ellos que no se, no se), o aparecián sin temor resoluciones cómicas en forma de bombas, dinamitas, etc. Era una época en que lo políticamente incorrecto parecía correcto.
Pero hoy... ay, ay. Uno no sabe si alguna asociación de víctimas de algo le va a dar por ojear alguna historieta tuya y le da por ofenderse porque salen jóvenes fumando porros, reyes que parecen estúpidos o, como en el caso de esta historieta, una explosión (aunque pequeñita) dentro de un coche de policía.
Ésta es una de las primeras historietas que hice de los vallekurros. De hecho es la primera que hice de una página, y aún no tenía claro ni siquiera cómo iba a ser el pelo del trujas. Fue publicada en el último A LA CALLE y posteriormente en el álbum recopilatorio de los vallekurros. La historieta no da para mucho y personalmente creo que es bastante tonta, incluso inmadura. Lo que sí que tengo claro es que cuando la dibujé, hace ya diez años, no había en mi ninguno de los prejuicios que hoy en dia me plantearía si tuviese que volver a dibujarla. Y es que, señoras, vivimos tiempos difíciles para la libertad de expresión.
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